Era una tarde lluviosa (no quiero ser poético ni sonar a la acostumbrada introducción, pero sí era lluviosa y eso fue el inicio de la plática), llovía desde el día anterior, nosotros, invitados a una fiesta de unos vecinos, escuchábamos la conversación de otros invitados. La preopcupación de uno de ellos, señor tocando las puertas de la vejez, era muy notoria, radicaba en la lluvia, en la lluvia que caía sobre su parcela, mientras él apresuraba el beber de su cerveza, a kilómetros de distancia el uno de la otra (la parcela).
Escuchaba con atención, desde que mencionó que sus cañas se quedaban, que iba a ser un problema sacarlas, cortarlas, que se había perdido el trabajo de meses. Uno de sus compañeros le decía que no había problema, que se las pagaría el Ingenio de todas formas, el problema no era ése según nuestro amigo, el problema era cómo sacar todo eso, los camiones no pueden entrar por el aflojamiento de la tierra, que dadas las características del suelo, con la lluvia era casi pantanoso, meter camionetas o camiones ...................
viernes, 27 de junio de 2008
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